domingo, 3 de enero de 2010

Todo comenzó...


...hace tiempo. En el trabajo que tenía por entonces, pude hacerme con una webcam. Una de las primeras que se veían. Requería instalar una placa dentro del CPU, y era bastante voluminosa. Las webcam actuales, tan reducidas y de conexión USB no existían.

Así fue que luego de mucho luchar con el controlador para Windows 98, pude hacer que el Netmeeting la reconociese y me dejase verme en pantalla. ¡Qué bueno! y qué novedoso.

Investigando un poco en Internet, buscando informacion en el buscador Altavista, encontre diferentes directorios de Netmeeting donde personas de todo el mundo aparecían con sus contactos para realizar videoconferencias de PC a PC. Hoy todo esto suena evidente, y común, pero en aquel momento era todo nuevo.

Así conversé y me vi cara a cara con gente de todos los rincones del planeta a donde llegase una conexión de Internet decente.

Pero hubo una conversación con una chica de Washington DC en EEUU que me abrió las puertas a otro estrato de las comunicaciones. Ella trabajaba ya entonces en un servicio de modelos de los que hoy abundan. Esos de webcam 1 a 1 con shows privados. No por una pagina web con pasarela de pago, control de acceso, etc. Era más artesanal. Había que realizar un pago con Visa en un banco de EEUU y pasarle el comprobante electrónico, etc.

El hecho es que no tenía idea de esa realidad hasta entonces. La encontré en un momento en el que no había gente requiriendo sus servicios en línea (por la diferencia horaria entre nosotros) y en el que tenía un problema con el ordenador y a mi esas cosas siempre se me dieron bien. Así que luego de conversar un momento y ayudarla a poner el ordenador en orden, me dejó vernos (no desnudos ni mucho menos, simplemente vernos mientras conversabamos).

Era hermosa, morocha, cabello largo, ojos verdes, curvas de vertigo, sonrisa encantadora. Con el tiempo comence a desarrollar confusos sentimientos hacia ella.

Hablamos muy seguido, cada noche me conectaba y conversabamos por horas con la camara puesta. Pero como yo sabía que trabajaba desnudándose para quien pagara con Visa, nunca le propuse nada relacionado con eso. Nos gustabamos, eso si.

Hasta que una noche, me pidió que me desnudase para ella.

Al principio me resultó muy extraño. Hasta entonces solo había estado con un par de chicas, varias veces, pero sólo me había desnudado frente a unas pocas, y en un estado de excitación importante. Ella, sin duda estaba excitada, era algo a lo que estaba acostumbrada y tenía una respuesta sexual a lo que vendría a continuación. Pero para mí, era desnudarme frente a una mujer (frente a una cámara) practicamente en frío.

Luego de dudarlo un poco, ya que en estas actividades era mi primera vez, cerré la puerta de la habitación y comencé a quitarme la ropa frente a ella. Noté como eso le gustaba, y ahí comenzó mi transformación.

Desde entonces no fui el mismo... me inició en el cibersexo.

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