domingo, 3 de enero de 2010

Desafiados a erotizarnos


Una vez conocí por medio de internet a una mujer que tenía muchas aficiones en común conmigo. Le gustaba leer, le gustaba escribir, le gustaba el erotismo y con esto ya me conformaba.

Luego de haber conversado durante un tiempo de casi todo, nos fuimos decantando lentamente por las conversaciones en donde el erotismo predominaba. Todo era muy sutil y delicado en cuanto a los temas abordados y cómo se los abordaba. Parecía mucho el juego previo en una relación sexual, donde todo es una promesa de lo que vendrá a continuación.

Así fue que una vez le pasé un relato erótico, en aquel caso ficticio, para que lo leyera. Lo quiso leer en ese momento y me iba comentando las sensaciones que esto le producía. Al finalizarlo me dijo que se le había ocurrido un juego. Era un desafío.

La idea era aprovechar la facilidad que teníamos ambos para la palabra y el gusto que sentíamos ambos por lo erótico. Las reglas eran muy interesantes:

-Cada uno, y por turnos, debía escribir un relato de una escena puntual, cargada de erotismo y sutileza. Luego todos esos pequeños relatos al unirse debían conformar un relato mayor y coherente.

-El que finalizara el turno con su relato debía indicar la hora en la que la escena finalizaba, de forma que el relato mayor se extendiese a lo largo de 5hs.

-El siguiente del turno, debería continuar a partir del punto en donde el anterior lo habia dejado y ubicar su relato en el tiempo y espacio del anterior.

... y aquí lo mas interesante:

-El que seguía al turno, al leer el relato del otro debía poner su webcam mientras lo leía, y dejarle ver al autor cómo la lectura de su relato lo excitaba.

De esta forma dejé que ella comenzara con el juego, a lo cual accedió. Su relato estuvo al día siguiente. Al conectarnos me envió el archivo y me indico que me desvistiera y acomodara la webcam para apreciar el efecto de su relato en mí.

El relato era de unos desconocidos que viajaban en un tren de muy larga distancia lo que los haría pasar la noche en sus camarotes. Empezaba en la cena, en el vagón comedor donde los extraños solitarios se encontraban entre la gente y se buscaban. Como inicio no había demasiada acción por lo que la reacción al relato no fue mucha, lo cual tampoco le importó demasiado.

Yo tomé la posta donde ella lo había dejado, en el fin de la cena durante la cual no habían intercambiado palabra, pero habían ejercitado la imaginación mientras se miraban. Al día siguiente tenía mi porción de relato lista, y se la hice llegar al conectarnos. Puso su webcam, se desvistió y tomó asiento frente a su ordenador.

Al estar mas avanzado tuve oportunidad de ser más explícito lo cual al verla mientras leía tuvo su recompenza. Sin hablarme, sin escribir, solo avanzando el texto a medida que leía, vi como sus pezones empezaban a hacer sombra, como su cadera se adelantaba en la silla, y como sus piernas se separaban un poco, lo justo para que la mano que no avanzava el texto se acomodase entre ellas sobre su sexo desnudo. No hizo mas. Solo apoyar su mano sobre su sexo y dejarla ahí, con algun movimiento leve y esporádico. No estuvo mal.

Dos días despues estaba el suyo para que yo lo leyera. Y se repitio la escena. Se había esforzado, y al poco le leerlo estaba erecto sin haber colaborado para ello. Había logrado estimular mi imaginación. Y allí estaba la prueba. Debía esmerarme para no quedar atrás en el desafio.

Me tomé dos días también para finalizarlo. Estaban los extraños ya en el camarote de la mujer, luego de haber pasado por el servicio del vagon comedor y ser interrumpidos por otra pasajera que deseaba utilizarlo. Al conectarnos le pase el texto y vi como se desnudaba y se sentaba para comenzar a leer. Una mano avanzaba el texto avida de mas información para estimular las imágenes en su mente y la otra al poco de empezar a leer, estaba aferrada a su pecho izquierdo, masajeándolo. La cadera avanzó como la vez anterior y las piernas se separaron. La mano en su pecho bajó arrastrandose por su abdomen y muslos hasta caer entre sus piernas. Esta vez se masajeó también su sexo...

Luego de un par de entregas más por ambas partes y siendo las respuestas de ambos más o menos como las ya detalladas, ella me envió la última parte.

Me desvestí y senté en el ordenador totalmente relajado. Empecé a leer el último relato, y juntando lo que había leído de ella y lo que había escrito yo y lo que había visto de ella y lo que ella estaba viendo de mi, la excitación no tardó en llegar y ser muy intensa.

Me sentía casi embriagado de placer por el conjunto. Y dejé que ella lo supiera, me tome el pene y comence a masajeármelo intensamente mientras leía... me confesó que ella estaba haciendo lo propio de su lado mirándome, pero no le pedí que me dejase verla, porque estaba leyendo su relato.

Seguí con el masaje, mientras leía y ella me decia que estaba muy muy excitada. De pronto se transformó aquello en un desafío para determinar quién aguantaba más, mientras provocaba al otro para que aguantase menos y terminase antes. Ella abrió su cámara y allí estaba, como me había dicho.

Nos miramos, nos hablamos, nos provocamos, nos hicimos cosas más que para nuestro placer, para el placer del otro. Todo durante un buen rato.

Nos habíamos erotizado muchísimo en estos días y ahora concluiría el desafío. Cuando empecé a escuchar que ella se venía, apenas empezó a jadear más rápido, empecé a sentir como me venía yo, lo que hizo que ella se excitase aún más y entramos en un circulo vicioso en el que prácticamente nos vinimos juntos.

Al final fue un empate.

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