viernes, 17 de junio de 2011

Bajo tus sábanas... Mariposas.



Prólogo, nuestros motivos comparables.

Llegados a este punto, es muy probable que hayas pasado mas de una vez por este sitio. Es muy probable que conozcas mis palabras.

Conoces mis palabras, y apostaría que buscas esas frases que en conjunto te cuentan una historia. Y encuentras en la historia sensaciones agradables.

Percibes sensaciones que te resultan agradables, pero solo por tu entrega. Tu permiso que me das para manipular tu imaginación.

Ese fértil terreno de tu imaginación, que se siembra con imágenes oscuras, sin forma, sin texturas. Instrucciones detalladas de como construirlas, y en el fondo de tus ojos por leerlas las construyes.

Construidas con tu aporte, les das la forma y la textura, el color y el calor. Y de tal forma las construyes que las experimentas en tu interior, como vívidas experiencias, que provocan en tu cuerpo dulces reacciones.

Esas reacciones mientras lees, las conoces. Sabes de lo que te hablo, ahora mismo las recuerdas, las primeras y las ultimas que te he provocado con palabras, instrucciones aplicadas, tu imaginación estimulada que te inunda y te conmueve y tu cuerpo experimenta.

Tu cuerpo que atesora sensaciones provocadas por palabras. Con tu imaginación como traductor que comunica el mensaje desde tu fértil campo de cultivo. Y es probable, tu lo sabes, que tu cuerpo tenga memoria y recuerde mas tarde lo sentido.

Mas tarde, ya en tu cama. Envuelta en silencio, oscuridad, intimidad y sabanas. La memoria que se activa, solicitando nuevamente a tu imaginación la información proporcionada. Tergiversando las imágenes. Ya no pertenecen a mi historia, son tuyas las imágenes y modificas a tu antojo.

Las modificas y embelleces, te haces protagonista o espectadora, invitas a conocidos o extraños y estableces tus reglas. Y en tu mundo intimo, eres la Diosa única, y manejas a sus habitantes como títeres de tus deseos.

El deseo te consume, te enardece, te incendia. Tus imágenes cobran vida, los títeres se rebelan. El control de esa escena te abandona, ya habiendo dejado de ser mía, ahora tampoco es tuya. Te ves inmersa en una realidad onírica.

Una realidad que existe solo bajo tus sabanas. De noche, desnuda, en silencio. Quizás sola, quizás acompañada, pero sola al fin. Nadie sabe entonces que bajo tus sabanas hay una ardiente realidad que te enciende y te transporta.

Te transportas y viajas y en ese viaje sin que lo sepas te acompaño. A tu lado, encendido. Tu imaginación alimentada por mis palabras, mi imaginación alimentada por si misma. Igualmente nos impulsa en paralelo, bajo las sabanas.

Y bajo las sabanas viajamos sin movernos, miramos sin ojos, besamos sin labios, acariciamos sin manos, y amamos sin amante. Una experiencia perfecta, idílica, ideal. Nos hacen lo que nos enloquece que nos hagan y nos permiten hacerles los que nos enloquece hacer.

Epílogo, nuestras imaginaciones contrapuestas.

En mi viaje te contemplo.

La luz tenue de tu habitación entra por una ventana casi cerrada, rayos de luna tiñen de azul oscuro lo que de otra forma sería negro.

En el silencio reinante de la noche profunda, no se escucha nada, salvo, si se presta atención a un suave roce de tu piel bajo tus sabanas.

Tu forma de mujer que se adivina en la cama, se muestra quieta aunque no duerme. Tus ojos cerrados no sueñan. Tu cabeza, abrazada por una mullida y suave almohada, parecería inmóvil para el observador incauto, pero se mueve, brevemente, sutilmente por espasmos. Tu boca entreabierta, exhala tu cálido y dulce aliento silenciado. Tu pelo revuelto, te cubre la frente y el costado derramándose en tu almohada. No veo mas, el resto lo ocultas bajo las sabanas.

En tu viaje te inspiro.

Eres protagonista de una escena, una cualquiera de las varias que pueblan mis relatos. La revives bajo tus parpados cerrados, intensa, vívida. En esa oscuridad hay luz, en esa soledad, compañía.

Eres presa del deseo, recorrida por una gota fría. Eres una inocente víctima de una vampiresa. Estás invitada en una fiesta sin tabúes. Te persiguen por las calles. Eres victimaria de tu primo. Ejecutas la venganza de una infidelidad. Eres violada por tus compañeros. Violas a tu empleado. Eres cruel y condicionas en tu entrega. O eres fantasía masturbatoria. Cualquier cosa puedes ser, a partir de mis relatos.


En nuestro viaje, coincidimos.

Sea lo que seas en tu imaginación en llamas, en la mía hay mariposas bajo tus sabanas.

Son tus manos mariposas que te recorren en silencio, brindándote un complemento sensorial a la escena que imaginas.

Te acarician con su punta la tersura de tu cuello. Recorren su contorno y estimulan tu deseo, recorren tus labios húmedos, besándote la lengua. Bajan por tu pecho oculto y los aferran, rozando tus pezones de incipiente erección. Los aprietan y retuercen con la soltura y la libertad de ser su dueña, conociéndoles los limites.

Se deslizan por tu piel, dejando bello erizado y temblores tras su paso. Alcanzan tus muslos tensos y los separan. Caen entre tus piernas abiertas y se encuentran en su unión. Tu entrepierna las recibe palpitando de antemano.

Tus dedos recorren tus labios engrosados durante el viaje de tus manos a su encuentro. Los abren como deshojando una flor, hasta exponer tu el clítoris incandescente. Tus manos expertas en ti misma te penetran, te acarician, te estimulan, te enloquecen.

En un torbellino de placer te revuelves sobre tu cama y las sabanas te desnudan, quedas boca abajo tus manos bajo tu cuerpo y hundidas entre tus piernas abiertas. Tu culo elevado baila al ritmo de tu cadera mientras te mueves sobre tus dedos.

Tu cara contra la almohada, apaga tus gemidos, mientras tus sabanas se deslizan hacia el suelo, y tras ella todo aquello que di a través de mis palabras. Te dejan en la cama, relajada, conciliando el sueño.

Saberlo cada vez que mis palabras te traigan mariposas bajo tus sabanas, me empuja a darte mas palabras...




No hay comentarios:

Publicar un comentario